viernes, 27 de febrero de 2009

Tareas pendientes, a 20 años del Sacudón

Artículo referencial:
http://discursodeloeste.blogspot.com/2007/02/este-hombre-es-todo-un-pueblo.html

Fotografías patrimonio de la humanidad, autoría de Francisco Solórzano (Frasso)

Par de videos referenciales:





Hora de definiciones. De decir con la palabra lo que deberíamos estar “diciendo” con la sociedad.

Por definición, los gobiernos no pueden ser revolucionarios. O se gobierna o se hace la Revolución, pero hacer ambas cosas la vez es imposible.

¿No podemos llamarnos revolucionarios entonces quienes apoyamos al Gobierno de Chávez? Depende de lo que hagamos en la perra calle, en nuestros espacios de lucha, aparte de apoyar al Gobierno.

Han salido al ruedo algunas voces que nos echan en cara una presunta falta al pundonor revolucionario. Suele el enemigo interpelarnos así: “Si tan rebelde eres, ¿cómo es que apoyas a un tipo que quiere quedarse en el poder para siempre?”. Medio en serio y medio en joda (porque no siempre hay que tomarlos en serio) es preciso responderles: no ha habido mayor acto de rebeldía de parte nuestra, en o que va de siglo, que elegir y reelegir, apoyar y seguir apoyando a un sujeto feo como nosotros, mal hablao como nosotros, irresponsable como nosotros, tierrúo como nosotros. Poner en Miraflores a un bicho de uña como nosotros, en lugar de devolverle el pretendido manjar de la presidencia a un tecnócrata, sifrino, patiquín balurdo o relambepipe, es el acto más malandro, transgresor y contracultural que hemos perpetrado como colectivo en la última década.

La medida de nuestro triunfo y del triunfo de nuestra rebeldía es lo mal que la están pasando las almas conservadoras. Viene y se produce un evento como el del 15 de febrero y uno duda que haya sido una victoria nuestra. Va uno y prende el televisor en Globovision, les mira el rostro a los declarantes y listo, es evidente que ganamos nosotros.

Cuando ellos nos felicitan y se aplican a adularnos es porque hicimos algo mal. La fanfarria amarillista de Globovision es el himno a nuestras victorias cotidianas.

¿Significa lo anterior que estamos en presencia de una genuina Revolución? Por supuesto que no.

Repita conmigo: o se hace gobierno o se hace una Revolución, pero no se puede hacer ambas cosas a la vez.

***

Otro comodín de ellos, los que se llaman demócratas y sujetos de avanzada (en oposición a nosotros, los tiránicos y retrógrados, los atrasados): “Esto no es una democracia porque no se están tomando en cuenta los indicadores que la cultura occidental establece para llamar democrático a un Gobierno”.

Anoten pues. Sujeto de avanzada: alguien que se deja imponer condiciones y esquemas por parte de la fulana “cultura occidental”. Sujeto retrógrado y conservador: el que piensa otros caminos y no se deja arriar por la “cultura occidental”.

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Un Revolucionario genuino, cuando tiene la posibilidad de desempeñar un cargo público, se dedica a utilizar las posibilidades, recursos, infraestructura y salvoconductos que su “alta investidura” le permite controlar, pero no para apegarse a las malditas leyes adecas en vigencia sino para infringirlas, baipasearlas, pisotearlas, ignorarlas. Pienso como ejemplo en el Barrio Adentro de sus inicios, el que parió Freddy Bernal: un montón de médicos para todas las comunidades pobres, al margen y por encima del dinosaurio ministerial y del pantagruélico “sistema de salud”.

Quien toma el control del Estado y se contenta con administrarlo es porque no tiene instalado el chip necesario para impulsar o tan siquiera respaldar una Revolución. Alguien que se dice Revolucionario pero es incapaz de violentar las leyes vigentes por miedo a que lo llamen corrupto, no es un Revolucionario sino un burócrata.

No hay Revolución sin actos revolucionarios.

O se gobierna o se hace una Revolución. ¿En qué punto de su drama o de sus posibilidades se encuentra el Gobierno de Chávez?

Supongamos que ocurren cosas extraordinarias (como las muchas que suceden en tiempos agitados y confusos) y llegamos al punto en que este Gobierno se torna revolucionario. ¿Cómo? Quizá llevando a cabo acciones destinadas, no a administrar al Estado (este Estado adeco, liberal-burgués, que nos ladilla) sino a derribarlo. ¿Es posible? En teoría es posible, y es además lo deseable. Supongamos entonces que a la administración Chávez llega un funcionariato decidido a acabar con la payasada del Estado adeco maquillado con boina roja. ¿Podrá entonces producirse una Revolución desde el Gobierno?

Yo creo que no. Que ya no es posible. Con 40 por ciento del país dispuesto a oponerse a todo cuanto proponga el chavismo, ya no será posible que el Gobierno lleve a cabo las transformaciones dramáticas y decisivas necesarias para impulsar una llamarada transformadora. Al menos no será posible a corto plazo ni pacíficamente. ¿Qué vía queda entonces?

***

Y volvemos: el Gobierno no puede hacer una Revolución.

Carta bajo la manga y nueva definición: nosotros como pueblo oprimido sí podemos. De hecho lo estamos haciendo, de manera focal, dispersa y quizá demasiado silenciosa, pero esa Revolución subterránea se está dando, está galopando.

Nosotros (el pueblo; dígalo así, camarada, en primera persona) somos hacedores de revoluciones por antonomasia. Es nuestra naturaleza, nuestra misión histórica: suprimir las relaciones aberrantes que han sumido a la humanidad en un sistema indigno, y avanzar hacia la democracia plena. En Venezuela hay actos y hechos revolucionarios dignos de ser registrados. Es una tarea pendiente: detectar y registrar esos saltos adelante de nosotros como pueblo.

¿Nos toca entonces apoyar el Gobierno y al mismo tiempo hacer pequeñas revoluciones que han de hermanarse con las otras? Correcto: que nuestro aliado mande allá abajo en Miraflores mientras nosotros lo revolvemos todo aquí arriba, donde se mueve (o debería moverse) la multitud.


jueves, 19 de febrero de 2009

Asco

Supongo que comentaré esta... mierda en algún momento. Por lo pronto, los invito cordialmente a presenciar esta inigualable autoexplicación de por qué jamás las clases acomodadas (clase media y ricos) entenderán el alcance y sentido de las palabras pueblo, libertad, democracia, racismo, odio clasista, fascismo, esclavismo. Lea bien eso que enlazo allá abajo y trate de decir, sin que le tiemble la voz, que "el odio entre los venezolanos" fue una creación del chavismo.
Quizá también esto ayude a explicar por qué, tras 10 años de Chávez en el Gobierno, el antichavismo tiene que hacer magia para hacerle creer a la gente que mantenerse sobre 50% de aceptación es "ver erosionada su popularidad".

Si usted es una persona decente, coja su bolsa para vomitar y lea:

miércoles, 18 de febrero de 2009

Adiós más o menos público al "Afrodescendiente" Villafaña

Hace pocos minutos me he enterado de la muerte del Negro Villafaña. Militante de todas las Desobediencias y rebeldías justas del ser humano, aguerrido combatiente cuando le tocó combatir, analista político, organizador de cuadros revolucionarios, asesor ad-honorem de cuanto conductor político descarrilado se dejara asesorar. Debido a que su generación es inmediatamente anterior a la nuestra, y en vista de que eran él y los suyos los ejemplos más cercanos que teníamos de lo que era y debe ser un Revolucionario, muchos asumimos que eran ellos (el Negro junto con La Guara, Roland, los Bastardo, otros) nuestros padres políticos. Los locos que nos inculcaron esa rara visión del mundo, según la cual la humanidad camina hacia un destino mejor, pero hay que ayudarla con unos cuantos empujones organizados. El pana se muere en la plenitud de su inteligencia, en el esplendor de su capacidad para aportar.

Abajo he querido copiar su último artículo, escrito el lunes 16 de febrero, después de la victoria. Es toda una guía de acción, un manual de cómo hacer para repotenciar esto que llamamos revolución bolivariana. Y también una síntesis de su pensamiento. De momento creo que no puedo decir más nada.

Por allá nos vemos, Afrodescendiente.



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Ganamos la enmienda, ahora profundicemos el proceso

Luis Villafaña

(16-02-2009)

Se dio el proceso de la Enmienda a la Constitución a pesar de los desafueros de la oposición fascista. Los resultados ratifican que este pueblo está decidido a romper con los residuales del pasado: Ya no más prácticas adeco-copeyanas, falsa moral del Neoliberalismo, injerencia del Imperialismo y grosera utilización de una fracción del estudiantado venezolano por parte del fascismo opositor. Se nos imponen nuevas consideraciones para re-crear el país, revolucionarlo desde la reconciliación nacional sobre la base del respeto, la dignidad y solidaridad socialista, lo cual pasa por la cualificación de nuestro proyecto y activistas. Reconciliación que no será con los voceros o portadores de los intereses del imperio, será con y entre nuestra gente.

Luego de este sufragio requerimos ejercer la política del cambio, revolucionaria desde la cotidianidad. Aprovechemos el período post referéndum de la Enmienda y pre-elecciones a la Asamblea Nacional, para cualificar la reflexión y práctica política en lo económico y en lo social. Montar mesas de trabajo y de diálogo sobre la Comunicación Social (en los espacios públicos y/o sitios laborales). Profundizar sobre la ausencia de Proyecto Político Histórico en la oposición y d n sus fascistas Patitas Blancas. Re-impulsar la Política Internacional, re-pensar el PSUV y la Administración Pública Nacional. Es hora de profundizar el proceso abocándonos a cumplir por lo menos con seis tareas fundamentales:

1.- Cualificar la dirección y demás mandos del PSUV;

2.- Impulsar la Formación Política-ideológica de nuestros cuadros y pueblo en general;

3.- Evaluación de las Misiones y limpieza de la Administración Pública Nacional de todo el residuo dejado por la Cuarta República;

4.- Exhaustiva evaluación de la Política Comunicacional del Gobierno y reglamentación de ésta de interés social y seguridad de Estado;

5.- Jornada de estudio y desenmascaramiento del fascismo oculto detrás de las Manitas Blancas estudiantiles;

6.- Revisión y cualificación de la Política Exterior, específicamente en lo que respecta al área del Caribe y los países Bolivarianos.

Basta de hablar sobre la existencia de la derecha endógena, importante es caracterizarla y generar mecanismos ideológicos que nos permita conquistar a muchos y aislar a los menos cuyos métodos de trabajo sean reproducción del "adequismo cuarto republicano".

Necesitamos actualizarnos (seguir estudiando y debatiendo) sobre las teorías socialistas, el pensamiento Nuestro americano, el estado actual de la contaminación del ambiente, el desarrollo científico y humanístico. Asimismo, requerimos de un plantel de cuadros, asesores, gerentes y custodias de la Administración Pública identificadas y militantes con el Proceso; de medios de comunicación con mística e identidad con las ansias de vida digna de este pueblo, que los capacite para garantizar creatividad e iniciativa propia. Ya es tiempo de bajar el clima de críticas a Globovisión, veamos la viga en nuestro propio ojo in-comunicacional. Reflexionemos que: Si la primera fase de la Guerra de Cuarta Generación comienza por los Medios de Comunicación entonces invirtamos todos los mísiles al mismo y demos la batalla con ideas.

Liberemos a los dirigentes estudiantiles y sindicales del proceso, que no sigan siendo apéndices del ejecutivo, respetemos la autonomía relativa de esos sectores, es más metámosle dinamismo a la instalación de los Consejos Obreros (o de Fábrica) y Consejos Estudiantiles. Iniciemos acciones que permitan sacar a nuestra estructura referida a la política internacional del burocratismo que la caracteriza.

Estimulemos convenios y proyectos de investigación con universidades que nos permita un plantel de internacionalistas comprometidos con este proceso de liberación de la humanidad del capitalismo salvaje. Inventariemos y revisemos hasta donde es posible que algunos amigos y hermanos de otros países pudieran ser nuestros diplomáticos en sus países de origen. Y, aceptemos, el primer rostro del proceso son los servidores públicos, relevemos a la gentuza que dejó la cuarta república por nuestra muchachada de la quinta. Que se busquen todos los recursos posibles para adelantar jubilaciones y "cajitas felices!" a los descendientes del cuarto-republicanismo incrustado en la estructura de la Administración Pública Nacional.

No son tareas de poca monta pero estamos convencidos que con una buena dosis de disposición política, infraestructura organizativa y claridad ideológica podremos llevar con buen pie esta jornada enmarcada en la reivindicación de un estilo y método de trabajo revolucionario: "Cero clientelismo, compadrazgo y oportunismo. Revolución en la Revolución".

lunes, 16 de febrero de 2009

La borrachera de anoche (Breve crónica, seguramente tarifada)

Recibí la noticia del triunfo del Sí en La Cañada, 23 de Enero, frente a la plaza bautizada "Manuel Marulanda Vélez", frente a un estacionamiento que comparten varios superbloques y algún que otro vecino del barrio Sucre, a pocos metros de donde vivo. "Júbilo" es una palabra fría, pendeja y pequeñoburguesa para describir lo que pasó allí durante toda la noche de ayer, antes y sobre todo después del anuncio de los resultados del referéndum. Ahí estaba mi pobre pueblo alegre, mi rico pueblo triste; ese pueblo ninguneado, ignorado, desaparecido, insultado, despreciado, vejado en su dignidad por los grandes medios de "información", según cuyos brillantes analistas la gente que vota por Chávez lo hace porque lo amenazan, porque le pagan o porque es muy ignorante; allí estaba la horda maravillosa y en estado de éxtasis que me nutre, me empuja hacia adelante, me hace soportable mis desperfectos individuales y me va moldeando como ser humano.
En el bloque 19 vive un muchacho, estudiante y antichavista para más señas, cuyo carro tiene pintadas en el parabrisas, desde hace varios meses, sendas manos blancas. Un manosblancas en predios de la Coordinadora Simón Bolívar y de Tupamaros por vocación; un territorio donde el chavismo nunca baja de 65% en elecciones y referendos. En pleno momento de la euforia (otra palabra insuficiente para describir con exactitud la explosión popular, la plomamentazón al aire, la energía telúrica desbordada) volteé hacia un punto del estacionamiento y allí estaba el muchacho. De bolas que esa no era su fiesta, pero el tipo estaba ahí parado, mirando. Es probable que algún disfrute le produjera el huracán de sus vecinos, pero a los ojos de cualquiera ese que estaba ahí era el manosblancas declarado, el desafiante adversario. Les juro por mis hijos que lo pensé, y lo pensé con convicción: "La estatua de Tirofijo deberían cambiarla por la de ese loco valiente".


En este momento, libre ya de la borrachera (aunque no de sus efectos secundarios) lo he pensado un poco mejor, y mi lectura cambia un poco, pero sólo un poco. Sigo pensando que ese muchacho manosblancas es un carajo valiente. Pero creo que su coraje cuenta con el evidente respeto de quienes viven a su alrededor. A mí en lo particular su actitud me inspira un profundo respeto. Su postura es cuando menos honrada y digna; quizá no es suicida ni heroica (ni tiene por qué serlo). Porque, dígase lo que se diga, el sector más pobre del chavismo no tiene la vocación homicida que le atribuye la clase media. El caso del manosblancas de La Cañada colide duro y de frente con las docenas de testimonios según los cuales la "clase pensante" le ha hecho la vida un infierno (cacerolas, intimidación, ley del hielo, comentarios como flechas en el ascensor y otras áreas comunes) a vecinos a quienes les han descubierto el pecado del chavismo.

***

Luego del anunciada la victoria del Sí, muchos de los allí presentes bajamos a cántaros hacia Miraflores. En el punto donde la avenida Sucre conecta con la principal de Lídice se produjo un momento de excitante furor popular (ese espacio misterioso donde la rabia y la felicidad se funden en una sola manifestación) del que sólo había participado otras dos veces en mi vida, exactamente en el mismo punto: el 27 de febrero de 1989 y el 13 de abril de 2002. Allí confluían los ríos Catia, 23 de Enero y parte de La Pastora, y ustedes seguramente ya han participado en este tipo de eventos colectivos donde los desconocidos se hermanan en súbita complicidad. Sólo que en aquellas ocasiones (89 y 2002) la emoción predominante era la rabia, y esta vez la alegría tenía el control. Una vez en Miraflores y medio escuchadas las palabras de Chávez me dejé emborrachar por una de las fiestas más sabrosas de los últimos tiempos, tropezado de locos y reencontrado con varias de las carajitas más hermosas que conozco en persona; rodeado de un gentío a quien El Nacional, Globovisión y los "líderes" de la derecha nunca le preguntarán quién le paga, quién lo amenaza o quién lo embrutece para que estalle así de felicidad. Para quien no sabe de qué se trata la felicidad, siempre lo que hagamos nosotros, el pueblo que sí sabe ser feliz (porque nuestra historia de dolor y opresión nos ha escamoteado el derecho a la contentura) será sospechoso de ser un acto tarifado o miedoso.
Pobre Miguel Henrique. Pobre Teodoro. Pobre Ravell. Cuántas veces habrán soñado con que se los jamaquee una negra.

Numerología

Sí: 54,36
No: 45,63

54-45; 36-63.

¿Opuestos casi exactos? ¿Irreconciliables o qué?

En breve, un análisis ligeramente más serio que eso.

domingo, 15 de febrero de 2009

Ganó la opción del Sí

Yo no soy escaparate de nadie. No guardo real porque nunca me sobra. Así que menos me voy a guardar la certeza que ya corre por todas partes: todas las mediciones dan más flacas o gordas tendencias a favor del Sí. Algunas evidentemente son infladas y otras más conservadoras.
Está prohibido dar resultados. Así que piénsenlo antes de intentar rebatir (o apoyar) esta información. Ustedes no son delincuentes.


Ya, ganó el Sí.

sábado, 14 de febrero de 2009

Misión cumplida, eurohijode puta Herrero

Tenemos, como era de esperarse, un día más de campaña electoral luego del cierre oficial de la misma. Del lado del antichavismo, los refuerzos internacionales han venido a cumplir su rol y he aquí a un cabrón de nombre Luis Herrero haciendo su parte (libreto y dirección: Aznar y su partido neonazi): de entrada, el bicho dijo que en Venezuela hay una dictadura y que los procedimientos del CNE se prestan para una trampa. Un gafo que viene como observador descalifica al CNE y anuncia que la derrota que sufrirá la derecha mañana se debe a un fraude. Tras lo cual, por supuesto, fue echado del país. No con tanta violencia y humillación como suelen echar de España a los latinoamericanos, africanos y asiáticos, pero con suficiente irrespeto a su alta investidura como para que se decretara el éxito de su misión. Estemos claros y dejémonos de pendejadas: este imbécil no vino como obsrvador de nada sinmo a provocar y a intrigar para que lo echaran de Venezuela. Felicitaciones, sucio: has logrado tu misión.
El borbónico rey de papel manda a a callar a nuestro Presidente (fuera de España) y eso es un acto de coraje y de justicia; un eurodiputado le da rienda suelta a los esfínteres de su jeta en nuestro país y hay que calárselo, sólo porque es de derecha, hijo político de Aznar y amigo de los multimillonarios venezolanos. Coman mierda.

El mencionado idiota, no bien llegó a Sao Paulo, a donde fue a parar el avión donde lo embarcaron para que se fuera a intrigarle al coñísimo, cumplió con la segunda parte de la misión, que no era otra sino darle continuidad a la campaña electoral venezolana. Dijo: "si de algo sirve este episodio, es para que los venezolanos tengan claro que votar Sí (en el referendo) es perpetuar este tipo de comportamientos". Traducción: vote SÍ y verá como ningún europeo de mierda vendrá a insultar a su país.

Dos (¿o tres) mentiritas
para condimentar el "escándalo"

Por supuesto que la derecha venezolana estalló en un júbilo bobo. El pichón de burro Julio Borges le anunció al país, al mundo y a la galaxia entera que "un grupo de 30 funcionarios de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip) llegó al hotel Pestana en Los Palos Grandes y se lo llevó cargado (a Julio Herrero)". El paladín de la intriga y la provocación dijo por su parte que "seis u ocho policías" lo "levantaron en volandas" y lo metieron a la fuerza "dentro de una furgoneta". Antes de eso le habíaal embajador de su país en Venezuela: "tengo que decirle que los funcionarios han sido muy correctos ... que están cumpliendo con las órdenes que les han dado pero lo han hecho en todo momento con corrección. No tengo nada que decir en contra de eso". Ah, pero lo dijo apenas se bajó en Sao Paulo.
Y seguimos. Más cosas han de decirse de aquí a mañana, día de nervios y tensión. Y ni hablar de lo que se dirá después de conocerse los resultados. Ay, papá.

jueves, 12 de febrero de 2009

¿Y después del 15 de febrero?

Artículo referencial:
Una propuesta urgente a las expresiones del Poder Popular

Yo creo que la opción del Sí ganará el referendo de este domingo.
Lo digo con la misma seguridad con que les decía a los panas, antes del 23 de noviembre pasado, que íbamos a perder las elecciones en Caracas. No es pretendida magia ni artes adivinatorias. Tan sólo cuestión de detectar signos en las calles, y de saber interpretarlos.
También, al igual que en los últimos eventos electorales, me niego a pensar que “en este referéndum se decide el futuro del país”, ni pendejada por el estilo. Yo creo que cualquier resultado a favor o en contra en las urnas no sirve de nada si a continuación no empezamos a efectuar en todos nuestros espacios vitales (zonas de residencia, lugares de trabajo, espacios de militancia o discusión, tribunas mediáticas) acciones de pueblo dirigidas a cambiar la maldita sociedad capitalista y burguesa que tenemos por otra que se supone ya hemos soñado bastante. Hay quienes dicen que primero es menester dar el salto hacia una transición; pues bien, aunque sea ese pequeño salto es preciso darlo. Y ahora arránquense los cabellos, pero va siendo hora de repetir (en esto andamos más o menos desde 2002) que seguramente Chávez ganará las elecciones del 2012, el 2018 y quizá otras más, pero en las elecciones del año 2078 Chávez no estará y entonces habrá una generación preguntándonos qué coño hicimos nosotros, aparte de hacer campañas y ganar elecciones, y algo tendremos que decirles.
Pero tranquilos: en 2078 los huesos de la mayoría de nosotros estará en la misma condición lamentable que los huesos de Hugo Chávez, y entonces nuestros hijos y nietos tendrán que enfrentarse al incómodo trámite de tener que demostrar que sus padres y abuelos no fuimos una cuerda de oficialistas, sino un puñado de revolucionarios.
Así que de vez en cuando vale la pena repetirse y hacer el siguiente llamado, ya realizado justo después del referendo aquel por la Reforma, dirigido a las vanguardias y expresiones del Poder Popular organizado.



Creo que esta pone a las fuerzas populares del chavismo deben asumir que se está en un momento crucial, en el cual:

1) Deben entender que la política no puede registrar como punto de honor la obligación o necesidad de ganar elecciones. Las victorias electorales son producto de un trabajo grandioso, a veces sucio, a veces honesto, pero duro y sostenido; las victorias electorales nunca pueden ser un fin en sí mismo.
2) Deben sacudirse la modorra que mantiene a muchos dirigentes populares confundidos en una encrucijada tan falsa como lamentable: ¿somos líderes del pueblo o subalternos de Chávez? El síndrome del "líder único", suavizado o empeorado al llamarlo "líder máximo", obvia el hecho de que las Revoluciones son producto de un liderazgo colectivo. Chávez es referencia y timonel de esta parte de nuestro Proceso Histórico Social, pero Chávez no es el papá de ese Proceso: es un producto formidable del mismo, lo mismo que nosotros como fuerza multitudinaria.
3) Deben sincerar las cuentas: los adversarios son muchos. No por ello dejan de ser una parranda de güevones, pero son muchos güevones y están aprendiendo a juntarse. Así que es preciso dejar de comportarse como si ese factor, ese obstáculo, ese asunto que se mueve allá al fondo, y a veces aquí frente a nuestras narices, fuera algo que se pueda suprimir volteando para otro lado. Hasta los rastreadores de vida extraterrestre han asumido con valor el eslogan: "No estamos solos". No hace falta mucha destreza para admitir eso mismo desde esta acera de Venezuela.

***

Esto lo escribí dos días después de presentada al país la propuesta de Reforma por parte del presidente Hugo Chávez. Así esto rompa el sagrado himen del recato, la etiqueta y la modestia (o precisamente por ello) quiero proceder a autocitarme:

* “…decretar que el Poder Popular es uno de los poderes del Estado es un disparate, un absurdo monumental, ya que tiende a convertir en simple burócrata asalariado o en empleado público al luchador social, al ser humano que da la vida por mejorar a los suyos y no por un sueldo o cargo público. El Poder Popular no puede ser un apéndice del Estado: debe existir para confrontar al poder inmenso del Estado, ser su imagen especular, su contrapeso…”.

Para quien conoce o al menos tiene referencias de lo que ha significado construir el Poder Popular en las entrañas de un Estado Burgués, tiene que resultar engorroso meter en una sola frase optimista las nociones de Pueblo Organizado y Ordenamiento Jurídico. Porque las expresiones más heroicas, genuinas, duraderas y ejemplares del Poder Popular se han construido 1) al margen de las leyes, y 2) en contra de las leyes.

Lo duradero suele nacer de lo ilegal. ¿Qué fue el estallido febrerista que comenzó todo esto, sino un atentado masivo contra uno de los totems de la cultura occidental (la propiedad privada)? ¿Alguien se imagina a Bolívar solicitándole a la Corona un decreto que legalizara el proceso de liquidación de la dominación imperial? ¿Qué artículo 350 de mis tormentos invocó Bolívar para soltar el conmovedor Decreto de Guerra a Muerte? Allá los que creen que las vanguardias legítimas y los pueblos necesitan papeles para hacer o deshacer.

Los liderazgos surgidos de lo profundo del pueblo no se cocinan en los pulcros recipientes de la legislación o las instituciones. El crisol donde cobró forma esta ensalada de movimientos organizados que hoy apoya el proyecto bolivariano fue una bacinilla infecta donde no faltaron como ingredientes la cárcel, la persecución, la represión a punta de plomo, los allanamientos, la vejación y el escarnio a través de los medios: te encarcelaban o te mataban, y después te llamaban criminal. Si algo hay que admirarles a los líderes comunales, campesinos, obreros y nómadas de este país, es que su estatura y su autoridad moral la consiguieron con dolor, no en laboratorios mediáticos. La derecha jamás admitirá esta singular diferencia entre su “liderazgo” y el que creció a la sombra de la historia patria. Algo adentro les dice que ser líder es algo más que aparecer en televisión, pero aparecer en televisión es más sabroso.

***

La burocracia anquilosa, momifica, pervierte. La energía que mueve a la humanidad hacia la democracia plena se encuentra en esto que somos (me refiero a las muchas expresiones del pueblo organizado). Estoy orgulloso de los compas militantes de estos grupos. En ellos he percibido más virtudes y ventajas que patas cojas: aquí hay talento, inteligencias alternas, calidad humana, solidaridad, pasión, amor a la tierra y a los seres humanos; conocimiento y dominio territorial, un impresionante acumulado histórico y cultural como pueblo, poder de fuego, madurez y responsabilidad para ponerlo alerta y para utilizarlo. Somos un país disperso, bullente y escandaloso dentro de otro país llamado Venezuela.
Va una propuesta para ustedes, colectivos organizados: vamos a mantener la comunicación y las redes que cobraron forma en estos últimos dos meses, y preparar en colectivo la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente. No desde el liderazgo de otro aspirante a coloso o a ministro, sino desde la necesidad multitudinaria de organizar a la patria en una estructura más humana y fresca que la actual.

miércoles, 11 de febrero de 2009

EXTRA: Aquí están las pruebas del odio y el terror de los vecinos hacia La Piedrita

El Universal publicó el martes 10 de febrero una... una... llamémosla "noticia", titulada así: "Queremos que La Piedrita salga de la comunidad". Más allá del detallazo de que se trata de un seudorreportaje con declarantes anónimos, sucedió que la declaración del titular provocó allá en el barrio La Piedrita sonoras carcajadas, porque, ¿cómo una comunidad va a querer que la comunidad salga de la comunidad? Pero claro: estamos en un punto de la historia del engaño y la manipulación en el cual a los pobres consumidores de "noticias" de este país se nos ha hecho creer que La Piedrita no es una comunidad sino un grupo terrorista (financiado por el Gobierno o financiado por la CIA, según quien declare). Que ese grupo no es expresión de una comunidad sino un transplante artificial (del Gobierno o de la CIA, según quien declare).
El punto es que la página www.el23.net ha publicado unas fotos (debidamente comentadas) que evidencian el ¡terrrrorrrr! que La Piedrita (reforzada por Lina Ron) le ha impuesto a La Piedrita.


Este es el reporte de los activistas-reporteros-misionboveros de el23.net:

Bien, ahora veamos una secuecia de fotos, del Grupo de Trabajo la Piedrita y Lina Ron atropellando a la comunidad de la Piedrita, son imagenes fuertes:
El "che" torturando a un niño de la Piedrita
Lina, preparandose para atacar a la comunidad de la Piedrita que huye despavorida

Niños aterrorizados por El colectivo La Piedrita


Nelson Santana, del colectivo la piedrita haciendo pintas para asustar a la comunidad



Lina Ron, preparandose para comerse los niños de la piedrita




Niños capturados por el colectivo y sometidos a trabajo forzoso





Mas niños aterrorizados por el colectivo la piedrita




Valentin Santana, el terror de las viejitas de la piedrita




"Odio a valentin, por eso hicimos esa pancarta en su apoyo"

La comunidad de la piedrita, tratando de linchar a Valentin

sábado, 7 de febrero de 2009

Monte y culebra, o muerte

Cambia radicalmente la visión de eso que llamamos “panorama político” cuando salimos de Caracas, y en general de toda la Venezuela urbanizada y seudocosmopolita. Esta reflexión amerita pies de plomo y avisos de señalización en cantidad, porque sus líneas rectoras se emparentan peligrosamente con una vieja idea de la “clase pensante” (ustedes saben, esa parranda de universitarios y sus afines y derivaciones: sifrinos, sifrinoides, lechuguinos, protoaristócratas y demás güevones que se creen destinados por la providencia a dirigir al país y al mundo, porque dizque estudiaron y se quemaron las pestañas, como si los pobres no nos hubiéramos quemado todo el cuerpo, pestañas incluidas): la idea fatua, ridícula y vomitiva según la cual en Caracas, Carabobo y el Zulia el chavismo perdió porque la gente de las ciudades es más inteligente, estudiada y por lo tanto superior. Lo han dicho muchas veces; lo sugieren e insinúan a cada rato; de vez en cuanto se les expande el yoyo y lo dicen expresamente con un desparpajo y una sinvergüencería que te defecas, man.

Hace unos cinco años, al calor de la terrible derrota del antichavismo en el paro-sabotaje petrolero de 2002-2003, leí en El Nacional una columna de opinión, firmada por un pichón de tecnócrata de apellido Osío Cabrices, contentiva de la esencia (y buena parte de la sustancia) de esa increíble forma del pensamiento segregacionista, elitista y racista que gusta de llamar fascista al comunismo. No conservo la columna, pero a decir verdad no es necesario tenerla frente a los ojos, porque sus ideas son sencillamente inolvidables. Me atrevo a desglosar acá esas ideas:

*En las grandes ciudades, cosmopolitas y modernísimas o posmodernas ellas, vive la gente de avanzada, la gente que estudia, los profesionales, la gente culta, los seres humanos mejor informados porque manejan la tecnología y las herramientas que gobiernan al mundo en la era de la información: el siglo XXI.
*En los campos y pequeños pueblos de provincia viven los hombres y mujeres cuya actividad y pensamiento representan el atraso, la miseria, la insalubridad, la violencia, la ignorancia: el siglo XIX.
*La tragedia de este país consiste en que ha sido gobernado por sujetos de provincia o que representan la Venezuela provinciana y atrasada.
*Chávez es de provincia.

Y ya. Es fácil cerrar con una frase la conclusión de este increíble acto de purgación intelectual. Increíble, no por su contenido, sino porque quien lo expresa dice, piensa y cree que es demócrata. Que su lucha antichavista tiene fundamento en el hecho de que Chávez es un tirano y él, el simpático Osío, cree en la democracia.
Chávez nació en Sabaneta: ¡uy, fo, qué asco! Osío nació en Caracas: o sea, ¡guao! Más fiiino…


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Yo también creo que las grandes ciudades suelen acrisolar personalidades, actitudes y mentalidades distintas que en los pueblos, caseríos y campos del “otro” país, ese que llaman “de provincia”. La variante que quiero troquelar acá sugiere que en Caracas y otras ciudades vencidas por el falso cosmopolitismo la tendencia es a regresar al pasado precisamente porque “el caraqueño” es distinto a “el provinciano”. Se cae de obvio: mientras más mayamera es la ciudad y mientras más hondo ha penetrado en sus habitantes la anticultura capitalista del consumismo, la competencia y el aplastamiento del prójimo (para cumplir con la ley de supervivencia del más apto) más difícil es que prenda o tan siquiera caiga simpática una idea, noción o propuesta que sugiera socialismo.
Cierto que hay una Caracas definitivamente entregada a ese anhelo de imitar al norte a ver si en el fotocopiado se calca también la prosperidad, y otra donde el hombre expoliado se declaró en rebelión y anda en la búsqueda honesta de otra sociedad. Pero hay tendencias. Hay un espíritu que se impone en cada ciudad, y así tenemos que en una Caracas avasallada por la cruel y artificial necesidad de imponerse al vecino en todo y para todo (para que no se te coleen, para llegar más rápido, para vestirse mejor, para tener el mejor carro, para vivir en la mejor urbanización, para exhibir el mejor culo, para que el vendedor te baje el precio o para zampárselo más alto al que te compra, para atracar o para que no te atraquen) siempre sonará sospechosa en más gente una invitación a cambiar espuelas y agallas por solidaridad, competencia por ayuda mutua; siempre sonará a vainas de gochos y campesinos eso de entender la democracia como derechos plenos para todos, cuando el espíritu dominante te hace salivar de lujuria en busca de la victoria del que más acumula, del más vivo, del que jala más bolas, del que se encontró un celular y espera a que lo llames para cobrarte diez veces su precio.

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Conste que yo nací y crecí en un pueblo pequeño que por más que prolongue su esfuerzo por parecer gran ciudad no deja de ser la Carora pueblerina de siempre. Conste, por lo tanto, que no tengo que hacer recorridos a lo Valentina Quintero para entender lo que bulle en la mente de un provinciano cuando un caraqueño despunta en el horizonte. Pero me es inevitable admitir que hoy mismo ando metido en la maceración de un vistazo remozado a la Venezuela profunda. En el último mes llevo recorridos mis buenos 4 mil kilómetros de pueblos y carreteras a lo largo de 18 estados, y que este viaje loco y tormentoso me ha proporcionado nuevas visiones del asunto. Por ejemplo, uno que me indica que la Venezuela adentro está tocada de caraqueñidad.
He preguntado por las fiestas patronales y otras parrandas y me han advertido que para llegar a la cultura nuestra hay que abrirse paso por entre guerras de minitecas. He encontrado sus huellas en campos, casas de amigos y botiquines (vengo saliendo de uno en El Pilar, estado Sucre, y he asistido a un duelo formidable y rarísimo de versos improvisados entre un coplero del Guárico y un decimista oriental: Javier Echezuría versus el Finfín de La Pastora). Así que Doña Bárbara no está vencida, pero Santos Luzardo anda invadiendo a punta de reggetón y otras costumbres transplantadas.
La anécdota fundamental de la novelística venezolana sugiere que la civilización está destinada a barrer a la barbarie. Pero a los defensores de este atavismo se les olvida que la barbarie no está en los conucos sino en las balaceras de los cerros.
¿Qué busco tan lejos en esa carretera, además de sabrosura, buena vibra y gente bonita? Ando lo que se dice encampañao. Llevando un mensaje y recibiendo muchos otros a cambio. Recordándole a la gente que esto no es una guerra entre escuálidos y chavistas sino entre opresores y oprimidos. Que no porque alguien se calce una franela tan roja como la boina ya se convirtió en gente nuestra. Que sería bueno votar “Sí” para poder seguir ensayando formas de organización popular sin la sombra de la Disip rondándote la casa. A cambio he recibido muestras de un espíritu crítico formidable, la resurrección de aquella vieja consigna: “Con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. Y sobre todo la reafirmación de un amor a la tierra, al ser humano olvidado por el poder; he sido testigo de expresiones de amor a la sencillez.
En las ciudades pequeñas, todavía la naturaleza y la baja velocidad de las actividades humanas vitales le dejan a nuestra gente espacios para la ternura, el desapego; para derrotar a la viveza entendida como habilidad para joder al otro. Todavía hay pueblos donde se puede dejar las casas y los carros abiertos. En otros pueblos hay quienes viven de su conuco, su ovejo y sus gallinas y no necesitan ir al supermercado, porque los vecinos tienen verduras y otros agregados. En Mérida dejé mi chaqueta en un taxi y el taxista dio un vueltón de fábula para devolvérmela. El socialismo está aquí: en un puñado de viejos sabios, que viven el socialismo sin saberlo. En hombres y mujeres que a lo mejor hasta adecos son, pero son socialistas hasta la semilla. En una casita perdida en las montañas de Lara, en casa de un viejo muy pobre Ramón Mendoza se echaba los palos con unos panas. Éstos hablaban de lo inútil que era, en el fondo, tener mucho dinero. El viejo de la casita (el pobre en su choza) dijo de pronto: “No, yo sí quiero tener mucho rial”. Le preguntaron que como pa qué. La respuesta: “Para mandarme a echar una foto con ustedes, que son mis amigos, y colgarla aquí en la casa”.
Y uno de güevón y que buscando el socialismo en los libros, en el ejemplo fracasado de otros países, en el verbo de los internacionalistas, en el chavismo de oficina y franela roja.

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Paro un momento en Caracas y seguimos de gira, agitando por el Sí. En Guárico compartí tarima un rato con Vanessa Davies y con Ramón Mendoza, El Cayapo; luego, viaje a El Pilar (Sucre) para conversas varias. Ramón agitó en foro con el PSUV. De regreso, otra vez El Socorro con El Cayapo y la gente del Frente Campesino Ezequiel Zamora. Antes, recorrido monumental más o menos por esta ruta: Caracas-Valencia-Tinaquillo-Calabozo-El Tigre-Puerto Ordaz; regreso por La Pascua-San Carlos-Barinas-San Cristóbal-Mérida-Bobures-Carora-Caracas. Ya explicaré en qué onda, con qué fines, con qué resultados y expectativas.
La semana entrante, San Juan de Los Morros y Yaracuy, con el Frente Campesino Jirajara, si me confirman.
Me hacía falta ese soltar de músculo, emoción y verbo. Pilas cargadas, nervios en su sitio y otra vez la gran Caracas, heroica poderosa (y en esta noche sin igual la luna se pone a coquetear).